jueves, 25 de noviembre de 2010

Minerales ve Gran Hermano

Minerales hizo un descanso en sus aventuras porque recibió una llamada que la tuvo como la vena con sistema de frenos, absorta, todo el día. Conectó con la televisión porque empezaba una nueva edición de Gran Hermano y le habían pegado un jotabetazo, que es una información de dudosa procedencia con menos fiabilidad que un chivastazo, de mejor calidad.

La información era verdad: Prudencia había aparecido y era una nueva inquilina de este programa perruno, cansino y gatuno. Junto a ella, lo mejor de cada casa. Así que Minerales se puso en modo encefalograma plano, más plano que la nariz de Belén Esteban y analizó a los personajes que aparecían en la cincuenta y siete edición.

Había un médico pedante, que lo sabía todo y que dejaba como las venas, absortas, a las chicas, sobre todo en los flechazos a primera vista. Cupido era una broma a su lado. Escupido era un insulto. Él era un dechado de virtudes. Allí andaba Prudencia con el arma cargada, revolverteando, versión guerrera del revoloteo.

También había una rapera en horas bajas, emparentada con un actor porno en paro que había sido feriante y que era muy amigo de un empanado que lloraba amargamente porque su hermano solo comía hermanos pequeños para ser mucho más grande que él… y él iba a ser el siguiente.

Con ellos Prudencia no podía ser prudente. Eran los más irreverentes de la casa y tuvo que sacarse su as de la manga, que todavía conservaba antes de que la secuestraran los toros, para decir que era una chica In. Y de ahí que fuera imPrudencia para ellos. Con los tres montó Malboreal, un grupo musical que dejó a Cameal al borde de la ruina y con ellos a todos los tabaqueros del mundo mundial.

De quienes no se hizo amigo nuestra Prudencia fue de Herminia, una chica que quería irse de la casa a toda costa y adicta a la fabada (y tenía a todos asfixiados, que hay que decirlo u olerlo todo) y de Muñecorra, que era la jefa del clan de las Muñecas, exconvicta, pues su última pareja conocida fue Victa, la cerveza con limón del agua Vichy.

Había otros dos que eran hermanos. Uno, confiado hasta el extremo y que le salían las cosas justamente al contrario de lo que pensaba. El otro tenía a Mortadelo como su ídolo. Un día se disfrazaba de Robespierre y otro de Rudolph, el reno de Santa Claus. Prudencia no hizo ni migas ni torrijas con ellos porque las mataban callando.

Con toda esta gente Prudencia hizo bien en escaparse. Lo hizo por el aparato de aire acondicionado. Usando de destornillado un asta de toro de los que la tuvieron secuestrada les dijo hasta luego y de ella nada más se supo.

Minerales sabía que la volvería a ver

To bi a continuar, que es la versión perruna de To be continued

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