miércoles, 4 de agosto de 2010

Minerales se va a la playa

Nuestra amiga Minerales, inquieta y pizpireta, tenía vacaciones un mes de agosto como este mismo en el que estamos ahora. Sin embargo, cuando su amiga, que también tenía vacaciones a la vez que ella fue a buscarla a su casa, su madre no la dejó salir porque estaba castigada.

- Pero Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamáááááááá. Que tengo veinte años, joder

y así hasta doscienta cincuenta veces periódico (el As, por supuesto) puro (habano, claro) grito mamá. Y a la doscientas cincuenta y uno, su madre, que como era médico tenía jeringuillas y cloroformo en su casa, cogió la jeringuilla más grande que tenía y se la inyectó a sí misma para no escuchar a la pesada de su hija. Y al tercer segundo, durmió.

Minerales, que de lo afónica que estaba por las doscientas cincuentas veces que había gritado había pasado de ronca a mojitonca, gritó una última vez y se puso a preparar la maleta para irse a la playa. Podía irse de casa porque no había nadie más. Su padre no estaba porque se había ido a buscar a Petito, el de la película del Milago, y sus hermanos estaban tendidos en el patio al sol a ver si se secaban porque acababan de bañarse.

Pero cuando quiso darse cuenta, su amiga, que tenía tímpanos sensibles se había ido por los doscientos cincuenta gritos ensordecedores que había lanzado a su madre. Como no quería ir sola, buscó alojamiento y se fueron juntos a la playa.

Lojamiento, un tipo nada sincero, llegó enseguida, pero Minerales se retrasó un poco hasta que consiguió sacar a su madre la jeringuilla del brazo. Lojamiento llegó con su coche mafioso con forma de mesa, un descapotable, y se lanzaron juntos a conquistar la costa. Ese día no pudieron comprar el As porque venían un down less de Lutero Ronaldo, el primo protestante de Cristiano Ronaldo, jugador del Parrillero FC. Así que no podían ir a La Manga.

Seguían dando vueltas y vueltas a la rotonda de salida porque no se decidían la dirección que iban a coger y a la vuelta cincuenta y seis Lojamiento potaba y Minerales sacaba de su bolso amarillo una bolsa amarilla para que Lojamiento pudiera desahogarse.

Tampoco podían ir a la Costa del Sol, porque en ese preciso instante el sol estaba ocupado secando a sus hermanos y de momento habían suprimido esas playas. Así que como se iba acercando la hora de comer y tenían hambre, decidieron ir a la Costa Brava, a ver si comían patatas.

Y hasta aquí la historia de cómo Minerales se fue a la playa

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